Entradas

Mostrando entradas de 2017

Carta de una ex estudiante de derecho.

Imagen
Era el año 2012, específicamente, un 23 de octubre; el auditorio "Dr. Raúl Cervantes Ahumada" de la Facultad de Derecho lucía abarrotado. Anakaren, Paola y yo llegamos temprano para lograr sentarnos en la primera fila y presencia la Magistral conferencia del Dr. Miguel Carbonell, reconocido Investigador y catedrático de la UNAM. Aquel día, él presentó ante futuros abogados su libro: " Cartas a un estudiante de derecho" ,  el cual narraba su experiencia como estudiante universitario, el ¿cómo? debía de ser un abogado ante cuestiones éticas, consejos para aprender a interpretar la ley y argumentar, sobre la democracia, entre otros temas. 10 meses después de haber visto a mi "ídolo jurídico",  me encontraba en una cama de hospital, ante la incógnita de no saber si me quedaba poco o mucho tiempo de vida. Hoy, a 6 años y medio de haber empezado la carrera de derecho, y a 4 años de haber enfermado, me encuentro frente a usted querido lector, con mi licenciatura

Todo pasa.

Imagen
Estaba feliz porque ya no iban a entrar enfermeras por la noche a mi cuarto a ver como me encontraba, estaba muy feliz porque mi mamá  ya no iba a dormir en un sillón, también lo estaba porque por fin se habían terminado los largos y dolorosos estudios. Recuerdo que el 20 de diciembre, día en el que me dieron del hospital, mis papás quisieron pasar a la Iglesia de San Charbel a agradecer por mi vida, después mi papá tomó carretera rumbo a Parral y venía platicando lo bonita que era mi sobrinita; una de las razones por las cuales más felicidad sentí de salir del hospital fue que después de 4 meses iba a tener a mi sobrina Elisa más tiempo conmigo, y como casi no tenía fuerza, me la ponían en mis brazos. Con Elisa, mi sobrinita. Dicha felicidad me duró escasos 15 días; en ese lapso de tiempo vi a mis amigas y yo no me sentía igual que ellas, y ciertamente no era igual. Poco a poco fui comprendiendo el desgaste físico que Wilson hizo en mi cuerpo. Durante  meses me encerré a llora

Fernanda ¿sin Wilson?

Con aprecio, fuerza y gratitud a la Dra. Gloria Gonzalez Investigadora de la Universidad de Navarra (España) Supongo que eran las 10:00 p.m., a decir verdad, no lo recuerdo. Mi neurólogo iba cada noche a pasar visita a sus pacientes alrededor de la hora antes citada. Por lo general, la visita de familiares y amigos terminaba a las 7:00p.m; esa regla aplicaba para todo paciente, excepto para mi, quien había logrado robarle el corazón  a la supervisora del hospital y permitía que mis amigos se fueran hasta tarde de mi habitación. Una noche, entró el Dr. Bazaldua a mi cuarto, y todos salieron, todos excepto mi mamá, se paró enseguida de mi cama y me dijo: hemos encontrado su diagnostico, tiene la enfermedad de Wilson y yo seré su médico toda la vida, ya que su enfermedad es incurable. Después de cuatro meses de presunciones equivocas, fui diagnosticada con la enfermedad de Wilson. Me tuvieron días consumiendo arroz blanco y agua,  ya que casi todos los alimentos conten

26.

Imagen
Aquel 22 de agosto del 2013 había comenzado de una forma inusual. Eran las 9:00 a.m. y me encontraba en clase de teoría del delito con el Lic. Rivera Soto, recibí un mensaje de mi sobrina Fabiola: Fernanda, nos acaban de cortar el agua, no alcancé a bañarme.   Mi sobrina y yo vivíamos en un departamento en la col. San Felipe, a 6 cuadras de la Facultad de Derecho, en donde ambas estudiábamos. Cada mañana nos íbamos en su carro a la Universidad, pero ese día ella se quedó dormida, así que yo me fui caminando. Le contesté a Fabi: Ven por mi  para ir a pagar.     Tenía un par de semanas con dificultad y dolor al caminar, hecho al cual yo le acredité una nula importancia. Por la noche  Woody (apodo de mi amigo Jorge) llegó a mi departamento, se sentó a ver la televisión mientras yo me arreglaba; a las 9:00 p.m. llegó una amiga por nosotros, pasamos por Marlene para finalmente llegar a  "La cantinita" . Dicho lugar, era un pequeño restaurante, el cual se caracterizaba porque toca

¿Un milagro?

Imagen
Los últimos 4 años de mi vida, he sentido más dolor de lo que yo hubiera imaginado soportar;  y no, no me refiero a un dolor físico, ya que ese, he comprendido que es algo pasajero. Me refiero al dolor que siento cada vez que lloro y grito, del ¿por qué Dios me eligió a mi para pasar todo esto? Para mí, el dolor es la impotencia, el enojo o la tristeza de no entender la decisión de Dios de mandarme esta prueba tan difícil, esa prueba, a la que hay días que quiero renunciar. Querido lector, hace poco vi una película llamada Lorenzo's oil (un milagro para Lorenzo), en la que narra la historia de un niño de 4 años (Lorenzo) que es diagnosticado con una rara enfermedad neurológica incurable, que poco a poco lo va consumiendo, mientras sus papás luchan por la curación de su hijo, por un milagro. Ver esa película, hizo hacerme la siguiente cuestión: ¿acaso que yo este viva, es un milagro? Al nacer, mi pediatra le dijo a mi mamá que era poco probable que yo durara más de un mes.

Mi mamá.

Imagen
De no haber sido por la mano dura de mi mamá, seguramente mi vida habría tomado un mal camino. Tal vez, hubiera utilizado drogas o con lo mucho que mi papá me consentía, hubiera sido una persona presumida o déspota, pero no, su trabajo fue excepcional, y gracias a ella, soy la Fernanda, que usted querido lector, ha venido conociendo a lo largo de este blog. Mamá, esta entrada va dedicada a ti. Ignoro que día te veré, pero me he decidido a que el día que te vea, entregarte todo lo he escrito, ya que nunca me animé a enseñarte mi blog. La idea de escribir, surgió en una de las múltiples ocasiones en las que me subía llorando a mi cuarto, llorando de la impotencia por no poder revertir el daño fisico que había hecho Wilson en mi; sentía la necesidad de expresar de alguna manera, lo mal que me sentía, así que cree este blog. Disto mucho de ser una celebridad, y tal vez nunca llegue a ser tan famosa como yuya o werevertumorro (famosos en internet), pero te puedo presumir que cada vez 

La primera generación de Derecho.

Imagen
El hecho de volver a retomar la carrera de derecho, fue una decisión difícil. Llevaba un año y medio aislada de la sociedad, en depresión por tan fuerte suceso que había sufrido; me encontraba bajo tratamiento psiquiátrico, medicada con clonazepam, el cual solo producía un efecto de sedación en mi.  En contra de mi voluntad, mis papás tomaron la decisión de mandarme a la CDMX con mi hermana, para buscar mejoría física. Fui ingresada al INR (Instituto Nacional de Rehabilitación), y en ese lapso logré volver a realizar tareas que me hacían autosuficiente: caminar, comer, bañarme, vestirme; sin la ayuda de nadie. Querido lector, queridos amigos y compañeros de la facultad de Derecho Parral que cursan el 10mo semestre, la semana que entra, serán sus últimas clases como estudiantes, es por eso que esta entrada va dedicada a ustedes; porque cada persona que he venido mencionando en cada escrito, me ha ayudado más que mi psiquiatra o que una pastilla de clonazepam.  Wilson llegó cuando es

La terapia de lenguaje.

Imagen
Usted se preguntará, querido lector, ¿qué hizo Fernanda durante más de 1 mes sin escribir? Acaba de pasar semana Santa, y con ella un período vacacional, período en el cual   mi papá me sugirió que hiciera cosas de provecho. Así que, además de organizar mis libros, leer " Los juegos del hambre", "El diario de Ana Frank" y "Philomena", tomarle fotos a mi fotogenico gatito Garú y subirlas a Instagram history, decidí pasar mis vacaciones en el lugar que se ha convertido un hogar para mi: el DIF. Querido lector, le agradezco que de nueva cuenta me lea, y que el pacientemente esperara esta nueva lectura (entiéndase: Rubí, ya que todos los días me preguntaba cuando iba a publicar); En esta entrada  le contaré un poco acerca de como ha sido el tormentoso travesar de mi historia con el lenguaje desde que me enfermé, y del ¿cómo? enfrento el desafío de volver a hablar. En primero de primaria aprendí a leer y desde esa edad, mi papá me inculcó el hábito de la l

Rubí.

Imagen
"La verdadera amistad llega cuando  el silencio entre dos parece ameno" Erasmo de Rotterdam Me cuenta mi papá que a la edad de 2 años yo no hablaba, era muy llorona y solo quería estar en los brazos de mi mamá o de mi hermana Flor. A esa misma edad, mi papá me compró un títere de mimí y simulaba que la mimi hablaba conmigo. poco a poco fui empezando a hablar, y yo inocentemente, consideraba a mimi, mi mejor amiga ; a los 3 años, mi hermana Flor me llevaba al kinder en donde ella era educadora, y poco a poco fui dejando de ser timida; a los 4 años, mis papás me inscribieron en el Instituto Parralense, en donde me convertí en un demonio  (diría Sarita), ahí conocí a mi primera mejor amiga, Sarita (22 años siendo amigas); la primera mejor amiga, más no la última. En los brazos de mi sobrina Florecita. (Cuando era llorona) Querido lector, mi  más sincero agradecimiento hacia su persona,por de nuevamente leerme. En esta ocasión, le contaré acerca de una amiga,

¡Fieles al deber!

Imagen
Recuerdo que en alguna clase de derecho penal, el catedrático nos enseñó algo llamado: el libre desarrollo de la personalidad.   ¿Qué es? " Acorde a la doctrina y jurisprudencia comparadas, tal derecho es el reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda persona a ser individualmente como quiere ser, sin coacción ni controles injustificados, con el fin de cumplir las metas u objetivos que se ha fijado, de acuerdo con sus valores, ideas, expectativas, gustos, etcétera"  FUENTE:  http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/165/165822.pdf  . Y aunque en clase vimos tal concepto, enfocado en la libertad de uno a usar drogas o no, a contraer matrimonio o no, me di cuenta que a lo largo de mi vida, mis papás me habían dado el libre albedrío de mi personalidad: inquieta, alegre y muy, pero muy vaga. Querido lector, le agradezco que nuevamente me siga en esta entrada. En esta ocasión le contare, un poco de la que considero, la etapa màs feliz de mi corta vida (la c

Carta a Nahuel.

Hace poco veía los comentarios que me dejan en mi blog, y vi uno de una chava de Argentina en el que me contó que su primo de 17 años tenía 5 meses de que lo habían diagnosticado con la enfermedad de Wilson. Su nombre es Nahuel, originario de la provincia de Salta, una ciudad de alrededor 600 mil habitantes, ubicada al norte de Argentina. Durante estos 5 meses, Wilson a avanzado aún y con tratamiento médico y actualmente, Nahuel no puede caminar, ni hablar, tiene sialorrea y sufre inmovilidad y dolor en varias partes de su cuerpo. Querido Nahuel esta entrada va dedicada a ti, porque tu prima y tu mamá me han contado que te has aislado del mundo, que tienes tus ojos llenos de tristeza y que le preguntas a Dios, el por qué ty0 mandó un castigo. Durante mi adolescencia, me caractericé por ser líder, junto con mis amigos Cristina y Diego, siempre comandaba las travesuras de la escuela, era experta en hacer reir a las personas, a tal magnitud que logré sacarle una sonrisa en el momento

Un día de terapia.

Imagen
¿Hay razones para sonreír cuando se tiene una enfermedad tan volátil?  Volátil porque así como puedo amanecer con movimiento en mis dedos, hay días en los que me duele moverlos; así como hay días en los que batallo en caminar, hay días en los que hasta puedo correr; así como hay días en los que amanezco triste, hay días en los que me doy cuenta lo afortunada que soy al tener a mi alrededor tantas personas que me quieren. Queridisimo lector (cada vez que me lee, lo quiero más), el último escrito que realicé fue en el entendido de que era el último, pero como lo mencioné en alguna entrada del blog, escribir para mi, ha sido una forma de desahogo, y de liberar cierta frustración al no poderme comunicar verbalmente lo que siento, y como me dijo mi querida Licenciada en la mañana: no hay que quedarse con cosas malas dentro de nosotros. Pero querido lector, no me  voy a poner a contar de mis problemas si usted no me los puede resolver, y la intención de este blog, es hacerle saber que Dios

Usted tiene la enfermedad de Wilson.

Imagen
Aguante que me picaran en casi todo mi cuerpo, aguante el dolor en mis manos y mis piernas, aguanté una punción lumbar; exámenes de uso de droga: totalmente negativo, resonancias que llegaron a durar 5 horas (en una resonancia uno se tiene que estar 40 minutos sin moverse), y yo presentaba temblores en manos y piernas, como un enfermo de parkinson y no permitía hacerse de correcta manera la resonancia. Duré 4 meses, 120 días, 2,880 horas, de incertidumbre y miedo.  Querido lector, gracias por leerme, esta vez le voy a narrar el momento en el que fui avisada que tenía la enfermedad de Wilson, además de disipar varias dudas con las que lo había dejado en entradas anteriores.Pero comencemos con las primeras respuestas: 2 de mis 5 hermanos, y mi papá. ¿Qué contenía esa caja de regalo? No lo recuerdo, pero seguramente eran libros, perfumes, alrededor de 30 pijamas, un iPad o una pantalla. Mi papá cada fin de semana que iba a verme, me llevaba un regalo y lo que más comúnmente me

La Facultad de Derecho. (continuación)

Imagen
Con especial dedicación a mis queridos catedráticos Lic. Maribel Gutierrez, Lic. Avril Carmona, Lic. Ernesto Pando y Lic. Agustín Gonzalez. Duré un año y medio en depresión, sufrí un proceso que aún no me siento con la suficiente madurez emocional para describir lo que pasó en ese tiempo. Querido lector, esta entrada iba pensada en contarles acerca de mis amigos y compañeros de la Facultad campus Parral, personas como: Elizabeth, Yamari, Leslye, Jazmin, Faby, Isis, Nani, Armando, Juan, Eduardo, Liss, Ariana, Andrea, Ana, Fer, Brayan, Eden, Dani, Amanda, Anahí, Eli, Gissele, Rebeca, Adan, Emma, Hector, Jorge, Jennifer, Mary, Dany (de 7mo) (Espero que no me haya faltado nadie) Todos ellos hacen que me sea más fácil sobrellevar mi vida de estudiante. Como cuando Eli me regaña porque como chocolate, cuando Yamari me ayuda a abrocharme las cintas del zapato, cuando Isis me dice que si me ayuda a bajar o cuando Leslye, Jazz y Fabi me prestan sus apuntes, cuando Eduardo me ayuda