La Facultad de Derecho. (Primera parte)
Querido lector, mi más grande gratitud hacia usted por de nueva cuenta
leerme. En esta ocasión le contaré lo que ha significado para mi recuperación
emocional mi querida Facultad de Derecho, los momentos malos y tristes, mi
sentir de cambiarme del campus Chihuahua al campus Parral, lo difícil que fue
para mí el tomar la decisión de querer retomar la carrera después de Wilson,
pero más allá de eso, las personas que he conocido en Chihuahua y en Parral.
"Quiero ser un salvaguarda de la justicia", "quiero hacer
leyes para un mejor México", "en la prepa me decían que era bueno
alegando", son varias de las respuestas que daba mis compañeros a la
pregunta: ¿por qué elegiste estudiar derecho?, y debo de admitir que llegué a
mentir diciendo alguna de esas frases, pero la verdadera razón por la cual
había regresado al Estado de Chihuahua era porque extrañaba a mis papás, a mi
hermana, a mis sobrinas, pero más que nada, extrañaba a mis amigas. Mi sobrina
(que es como mi hermana menor), cursaba el primer semestre de la carrera de
derecho en la Universidad Autónoma de Chihuahua, y me contaba que el
ambiente estaba padre en la facultad, así que me dispuse a hacer
el examen de admisión, quedando en el lugar 10 de más de 1,000 aspirantes (así
es querido lector, Dios, además de hacerme bonita y darme carisma, me hizo
inteligente, ah! y con demasiada autoestima.)
Me tocó estar en el grupo "A", en donde íbamos los que mejor
posicionamiento habíamos sacado en el examen de admisión, llegué al salón y me
senté en la primera banca y me quedé asombrada por tanta sabiduría que el Lic.
Humberto "el pato" de Las Casas nos trasmitía, los
primeros días no me interesé por hacer vida social, y debo admitir que los que
después se convertirían en mis mejores amigos, al principio me caían mal porque
se la pasaban platicando y no dejaban oír la clase, así que un día se me
ocurrió hacer una fiesta en mi departamento con todos mis compañeros y fue ahí
donde hicimos un grupo de 7 personas: Paola, Anakaren,Octavio, Woody, Eber y
Marioni. Saliendo de clases, solíamos ir a comer a “el botonazo”, o ir a jugar
a “el bola 8”.
Y aunque nosotros nos hicimos como hermanos, debo de decir que hice
muchos más amigos, siempre me caractericé por ser una buena persona,
sociable y responsable con mi carrera; siempre he dicho, que la carrera de
derecho no es mi verdadera vocación, pero siempre fui responsable con cada
catedrático, y debido a que cada semestre sacaba buenas calificaciones, siempre
pude elegir a los mejores catedráticos: Lic. Mazpulez, Lic. Rivera Soto,
Lic. De Las Casas o el Lic. Villalobos Jión.
Fueron cuatro semestres en los cuales disfruté la vida de estudiante al
máximo, en donde Dios me cuido aun cuando tuve muchas aventuras, y supe
complementar mi vida social con la escuela, donde mi calificación más baja era un
8.
Recuerdo que un viernes de septiembre, iba saliendo hacia mi
departamento y vi a Larissa y a Valeria y presentí algo, ellas me abrazaron y
me dijeron: te queremos mucho fers (así me puso mi amiga Paola y todos en la
facultad me decían así), nunca imaginé
que ese sería mi último día en la facultad. Dicen que los amigos se conocen en
la cárcel y en el hospital; y en la cárcel nunca he estado, en el hospital
estuve 4 meses, en donde me di cuenta lo querida que soy.
¿Quiere saber qué pasó después?, ¿quiere saber cuánto tiempo paso para
que volviera a estudiar? ¿Quiere saber cómo ha sido mi vida en el campus
Parral? Eso, querido lector, se lo contaré en otra ocasión.
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